martes, 18 de febrero de 2014

Vaya jaleo que ha armado la Academia Valenciana de la Lengua con su Diccionario y la definición de catalán. Yo, con todos los respetos pero con firmeza debo decir que difiero totalmente de los académicos, y difiero por lo que expongo a continuación.

Antes de 1936 todos teníamos muy claro que el catalán, el valenciano y el balear o mallorquín eran lenguas distintas procedentes de un mismo árbol pero ramas distintas con frutos distintos unos de otros, como consecuencia de injertos lingüísticos como consecuencia de la convivencia con moriscos en el caso del valenciano y de con navegantes de otras naciones en Baleares. Nos entendíamos muy bien unos con otros aunque el mallorquín era en más enrevesado y con trabas para su entendimiento.

Tortosa es una comarca catalana que limita con Valencia, muy importante, con poblaciones como Santa Bárbara, Amposta, San Carlos de la Rápita y otros. Tiene Cámara de Comercio, Obispado y otros organismos importantes. En 1928 el Ayuntamiento de Tortosa y el resto de los organismos publicaron un libro titulado “Tortosa y su comarca” y en el se lee: “Los tortosinos quieren distinguirse de las comarcas vecinas y con orgullo exclaman: “Somos Tortosinos, ni catalanes ni valencianos y no hablamos ni catalán ni valenciano hablamos el tortosí” (‘Som Tortosins, ni catalans ni valencians y no parlem ni català ni valencià, parlem el tortosí”.). El 3-2-2006 leo en la prensa que Marta Cid, entonces consejera de Educación de la Generalitat, dice que al ser de Amposta habla un catalán “diferente”. ¡Y tan diferente! Como que no es catalán, al ser de Amposta es tortosina y habla tortosí, pero ahora éste, como otros muchos, no existen, son una variedad de catalán. La AVL en su Diccionario dice: “TORTOSÍ 2. Variedad del catalán hablada en la región de Tortosa”.

La AVL en su Diccionario dice: “CATALÁ. 2. Lengua románica hablada en Cataluña, …la ciudad sarda de Alguer…”. Pues bien, el 14-11-1991 un periódico de Valencia publica lo siguiente: “Soy un ciudadano italiano que ha venido a vivir a Valencia (...) Yo soy de una ciudad de Cerdeña que se llama Certilla, entre Cagliari y Alghiero. En Alghiero se habla la misma lengua que los valencianos con algunas palabras diferentes cambiadas por la lengua sarda. Los alguerenses también discuten si su lengua es alguerés o catalán, cuando todos saben que esta lengua la han traído los valencianos hace muchos siglos”. Después de varias gestiones conseguí cartearme con él y en su carta, entre otras cosas, me decía que en Alghiero/Alguer Cataluña estaba haciendo una gran campaña para inculcar que lo que allí se hablaba era catalán y que su bandera era la catalana, pero que todos sabían que lo que ellos hablaban era valenciano y que la bandera era la de Valencia, sin la franja azul para que no fueran iguales y que eso, lengua y bandera, la habían llevado allí marineros o pescadores valencianos. Siento haber extraviado la carta porque me serviría para convencer a los incrédulos.

Recuerdo haber leído algo allá cuando el principio de nuestra democracia, según lo cual había cierto enfrentamiento en el gobierno autónomo y la universidad de Valencia sobre que si el rector consentía que se enseñase filología (creo era eso) catalana en vez de valenciana, y que el rector alegó que el gobierno de la Generalitat les subvencionaba espléndidamente, cosa que no hacía el de Valencia. “Por dinero baila el can…”.

Por lo que se ve, hoy en día hay un montón de lenguas que antes eran distintas y ahora o son catalán o derivadas del catalán y cosas pertenecientes a otros y ahora pertenecen a Cataluña, por lo menos eso dicen ellos.

La rapiña y el afán depredador de Cataluña no tiene límites y no se limita solo a las lenguas sino a otros muchos aspectos, y se apropian y hacen suyo cuanto les interesa, por ejemplo: Se han apropiado del Archivo de la Corona de Aragón, archivo considerado, junto con el de Indias y el de Simancas, como uno de los archivos generales de España. Este archivo de Aragón, que está en Cataluña, teóricamente está regido por un patronato formado por el Ministerio de Educación y Cultura, representantes de Cataluña, de la Comunidad Valenciana, de Aragón y de Baleares, pero no ha sido convocado nunca por Cataluña ni creo haya intención de hacerlo.

Su literatura, la del Siglo de Oro, se la apropian de la del Siglo de Oro del Reino dé Valencia. Los grandes escritores, Ausias March, Ramón Llull, Vicente Ferrer, Joanot Martorell, etc., nacen, uno en Mallorca y los demás en Valencia y Gandia. La Generalitat catalana se niega a devolver a Gandia el Cançoner de Gandia, una colección de más de sesenta composiciones musicales religiosas de diversos autores del siglo XVI, que fue cedido para su restau­ración. En la Feria de la Cultura de Cataluña, celebrada en 1994, el periódico del certamen presentaba como “Muestra de cocina tradicional catalana” la Fideua, la Paella Valenciana y los Rollets de anís de Galbís (Alcudia). El 7-10-2007 leo en un periódico de tirada nacional que en la Feria del Libro de de Fráncfort Cataluña presentó como catalanes a Joanot Martorell, Ausias March, las Fallas, la paella, etc., todo era catalán.

Aragón reclama a Cataluña que devuelva piezas de arte sacro pertenecientes a parroquias de Aragón y que se encuentran en el Museo Diocesano de Lleida, y a pesar de que el Vaticano ha dado la razón a Aragón, Cataluña se niega a devolver. Baleares reclama a Cataluña el Códice de Privi­legios del Reino de Mallorca, un compendio de leyes de la isla elabora­do por orden del rey Jaume III. Un grupo de 40 mu­nicipios de Castilla y León recla­man a Cataluña que les devuelvan las obras de arte de sus iglesias, que se encuentran expuestas en el Museo Marés de Barcelona.

Y como remate final del saqueo hecho por Cataluña a los demás tenemos lo de los papeles de Salamanca, pues de los documentos contenidos en las 500 cajas entregadas por el Archivo de Salamanca a Cataluña, catalanes, catalanes, solo son una ínfima cantidad. Cuando las tropas de Franco fueron avanzando, Gobierno republicano, gobiernos o juntas independientes como la de Asturias y León, sindicatos, partidos políticos, etc., junto con sus documentos, fueron replegándose hacia Cataluña y cuando llego el debacle final escaparon a toda marcha hacia Francia dejando los documentos en Cataluña. Las tropas ocupantes se incautaron de toda esta documentación relacionándola como decomisada o incautada en Cataluña, pero aunque decomisados en Cataluña no eran catalanes. Pues bien, toda esta documentación, no catalana, era la mayoría del contenido de las 500 cajas, documentos que ahora Cataluña niega a sus verdaderos propietarios.

Me parece que me he lanzado demasiado y basta ya por hoy.

Justo Díaz de Rábago y Verdeguer, Cullera.
Subscribe to RSS Feed Follow me on Twitter!